Tapones sintéticos: ¿ Cuáles son sus ventajas?

¿Qué piensas cuando, al abrir una botella de vino, ves que el tapón utilizado es sintético? El uso de los tapones sintéticos se ha convertido en una práctica cada vez más común entre los vinos jóvenes y blancos.

En la familia de los tapones sintéticos, los más comunes son aquellos que imitan la forma y tamaño de los corchos naturales, y los de rosca, generalmente de aluminio, que permiten abrir y cerrar la botella cuantas veces se quiera, facilitando así el consumo por copas. En otros países excelentes elaboradores de vino, la utilización de tapones de rosca es mayoritaria: Nueva Zelanda (95%), Australia (80%), Chile (63%), etc.

También encontramos tapones híbridos, como los de cápsula y los ProCork, que combinan lo mejor del corcho con las ventajas de lo artificial.

Estos tapones presentan algunas ventajas que no encontramos en el corcho natural. Al estar elaborados con materiales plásticos, sus propiedades elásticas permiten un cierre extremadamente eficaz, por lo que se evitan problemas relacionados con la oxidación del vino por el contacto con el aire. Esta hermeticidad también posibilita que las botellas se almacenen en posición vertical y al contrario que los corchos naturales, los sintéticos son capaces de evitar el famoso “olor a corcho” producido por el hongo TCA (tricloroanisol).

Además, el proceso para fabricar tapones de corcho natural es más largo y costoso, por lo que los sintéticos parece ser la mejor alternativa para las botellas de vino más económicas.